miércoles, 8 de agosto de 2018

Un par de poemas de Jorge Robledo

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Hoy encontré entre mis anotaciones un par de poemas del gran Jorge Robledo, uno de los poetas y periodistas colombianos más reconocidos. Sus versos tienden a ser tan certeros en ciertos momentos de la vida que es imposible no cogerle cariño a su obra.

Ya no más corazón


Ya no más, corazón, te he permitido
que la quieras sin tiempo y sin medida,
que bordes tu esperanza inadvertida
al ruedo juguetón de tu vestido.

Ya no más, corazón. ¿No has comprendido
que ella no quiere entrar en nuestra vida?
Si eras tan débil en la despedida,
corazón, no debiste haber querido.

Te advertí, corazón, que era inasible,
que no adoraras tanto un imposible
para que no sufrieras su desdén.

No me creíste, corazón cobarde,
y hoy ya comprendes demasiado tarde
que yo te lo decía por tu bien.

Gracias a Dios!


Te recuerdo, pequeña, con un amor tan puro
Tan simple, tan sencillo, tan cerca al corazón,
Que estando en esa espina clavado mi futuro
¡Le doy gracias a Dios!

No he podido olvidarte. o tal vez, no he querido 
¿Para qué iba a olvidarte si tú fuiste el amor? 
No me culpes, pequeña, por el no hallar el olvido 
¡Le doy gracias a Dios!

Tu recuerdo me duele. Pero es casi alegría
Cuando sangra en el tallo de mi vieja canción
Y por esta nostalgia que es tan bella y tan mía
¡Le doy gracias a Dios!

No me quejo de nada. No reprocho al destino
Que me hubiera quitado mi rayito de sol
Si a pesar de quererte seguí solo el camino
¡Le doy gracias a Dios!

Romance de la nostalgia

Tu ausencia me está sangrando
Por la herida del recuerdo.
Mi juventud te persigue
Por los caminos del sueño,
Y cuando estás más distante,
Más cerca del alma siento
Que florece la nostalgia
Sobre el tallo del tormento.

Tu nombre como una espina
Llevo clavado en el pecho.
Y aunque sé que él es la causa
De este cruel desasosiego,
En vez de arrancarlo airado,
Cierro los Ojos y pienso
Que al corazón no le importa
La lógica del cerebro.

Bien sé que ya no eres mía
Y que otro se llama dueño
De ese milagro trenzado
Sobre tus negros cabellos.
Pero si tú y el destino
Cancelaron mis anhelos,
Ni él ni tú podrán quitarme
Este recuerdo moreno.

Recuerdo de aquellas horas
Que ya cayeron en el tiempo.
De esos instantes felices
Que por felices huyeron.
De la novia en cuyos ojos
Siempre vestidos de duelo,
Parecían guardar luto
Riguroso dos luceros.

Hoy no estás en mis retinas,
Pero te tengo aquí dentro,
Como una flor de nostalgia
En la solapa del sueño.
Aún te miro en la quimera,
Te persigo en el recuerdo,
Y siento crecer tu voz
En la selva del silencio.

Primera novia. Imposible
Talado en carne de ensueño.
Amor que dejó en el alma
Perfume de limonero.
Pequeña ilusión de trenzas.
Dulce milagro moreno
Que nos abrió una ventana
A los jardines del cielo.

Romance de la nostalgia.
Vago perfil de un recuerdo
Que se aferró al corazón
Para vivir como un cuento,
Al lado de Blanca Nieves,
De Aladino el Hechicero,
Y de las Hadas Madrinas,
Que miran por los luceros.

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