jueves, 16 de agosto de 2018

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El sabor agridulce de las despedidas

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(Extraído de canal-literatura)

Siempre me han costado demasiado las despedidas... Nadie me enseñó a decir adiós, desde mi infancia me explicaron el concepto y la teoría detrás de las despedidas pero en el momento de la practica siempre rompía en llanto cuando por ejemplo tenía que separarme de mis padres. 

Recuerdo la incomodidad y la angustia cada día cuando mi papá salía rumbo a su trabajo, es algo irracional y puede que demuestre ciertas tendencias a la dependencia emocional (jodidas teorías psicológicas jajaja) pero en mi defensa creo que hubieron situaciones que sucedieron mientras era casi un bebé que podrían explicar esas tendencias.

Sin embargo, a medida que fui creciendo y comencé a experimentar lo que es vivir encontré que las despedidas son una parte constante y activa de la vida, y que en su mayoría las despedidas significan una cosa: cambios.

(Extraído de aenoa)

Irónicamente los cambios y las despedidas representan lo bueno y malo de la vida, es lo que le da ese maldito sabor agridulce que amamos y odiamos a la vez. Siempre hay personas y momentos que llegan y al mismo tiempo hay otros que se van, pero debemos tener presente que lo importante es aquello verdaderamente significativo que nos dejan y nos marca el ser.

De eso se trata crecer, aunque por alguna extraña razón tendemos a sentir con mucha más intensidad y nos termina afectando en mayor medida un momento de cambios que esté marcado por una despedida. Lo más difícil además es que es algo que se aprende viviendo, pero puedo asegurar que más adelante vas a poder mirar en perspectiva y te vas a dar cuenta que la persona que eres es gracias a los cambios de tu pasado.


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